FUEGO, AGUA, MIEL Y MUCHAS HIERBAS
por Solanja Altamirano
Para llegar a usar las plantas medicinales como lo hacemos hoy, tuvo que pasar un minucioso proceso de experimentación. Ya en los siglos I y II de nuestra era en la milenaria China: Sheng Nong, escribe en su tratado de Hierbas la forma como se extraía los poderes curativos de algunas hierbas frescas; al masticarlas, tragarlas o preparar emplastos.
Conociendo las propiedades antibacteriales de la miel se pasó a disolver en ella, los ingredientes activos de algunas plantas para atenuar los efectos tóxicos.
Con la domesticación del fuego, se puso a hervir algunas hojas para conseguir el tonificante té, Esto además de ser una manera de purificar el agua en tiempos de epidemias, permitió extraer mediante cocción o infusión, las propiedades medicinales de las maravillosas plantas.
El Fuego y la miel dieron paso a la elaboración de ricos jarabes que permitieron aprovechar las propiedades laxantes y purificadoras de la miel, con las sustancias medicinales de las plantas.Cocer las hierbas por varios minutos, mezclar con miel y volverlas a hervir, dio como resultado, curativos jarabes que permitieron conservar por más tiempo las propiedades de cada hierba a pesar del cambio estacionario.
Nacieron las pastillas al disolver los polvos de algunas plantas secas con agua caliente y miel hasta formar una pasta, se logró así “conservar” en pequeñas bolitas que luego eran fáciles de transportar y que se podían dosificar de mejor manera para evitar intoxicaciones.
La evolución de la medicina natural no ha terminado, muy poco conocemos de las propiedades curativas de muchas plantas. Moler algunas semillas, triturar hojas, macerar flores, exprimir raíces etc. extraer y conservar sus propiedades, de seguro es un largo y apasionante proceso alquímico, muy mágico!.
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