FEMENINO, palabra creada como sinónimo de MENOS.
por Solanja Altamirano
La expresión “femenino” fue creada en la Edad Media para expresar lo que se consideraba una diferencia esencial y radical en la naturaleza de la mujer.
El vocablo viene del latín femina, una expresión compuesta por fides, que se traduce “fe”, y minus, literalmente, “menos”. Como señala la teóloga alemana Uta Ranke-Heinemann, en su libro Eunucos por el Reino de los Cielos: Iglesia Católica y Sexualidad la traducción literal del término sería “la que tiene menos fe”.
Las implicaciones de esta traducción son que la mujer por “no ser semejante a Dios”, tiende a conservar menos fe, por lo tanto es “proclive a la incredulidad”. La raíz de esta interpretación ideológica viene de un análisis superficial de la Biblia, especialmente del texto de Génesis 1:26-27.
En la interpretación medieval, sólo el varón sería la “imagen de Dios” y en ese caso, la mujer, por su misma esencia no podría ser similar a la divinidad, concebida en términos masculinos. Por lo tanto, la mujer tendría en consecuencia “menos fe”, es decir, sería un ente “fe-minos” (femenino).
Esta interpretación sirvió durante siglos para discriminar a la mujer, una manera de quitar valor a su condición de creadora. Invisibilizar el potencial de “dar a luz”, de gestar y parir. Sin embargo, los primeros cultos que se registran en la historia, fueron a Diosas y surgieron para celebrar el hecho “mágico” de parir.
Sexualidad Sagrada – Anticoncepción Natural